Ruth Cabrera, hermana de Esther:"... se llevaron así como que sabían lo que era de ella, foto no había ni una foto. Nosotros no tenemos fotos de ella, hay una foto que circula una que tenía un amigo, de un negativo de un tamaño carnet, pero dejaron como limpio, rastro de ella no quedo nada, nada, nada sus cuadernos todo, todo si es como que había desaparecido..."
Un documental sueco sobre una de sus mejores amigas, "Chela", registró unos pocos segundos de su existencia, dos años antes de su asesinato.
Para Ruth, que hoy recorre la casa que alguna vez habitó la "Chichi", su hermana fue otro ejemplo de fuerza y decisión, sólo siente no haber estado con ella en esa fría madrugada de junio.
"...la pena a lo mejor, porque no está con uno, porque le faltó, porque le faltó la hermana, la tía, todas esas cosas que uno se imagina po', si hay, si yo hubiese estado, pero bueno así es la vida no más".
Dieciséis años después de la muerte de Manuel Valencia, su madre Eliana, aún necesita apoyo psicológico. Completamente entregados a su vida en la Iglesia, sólo se enteraron que su hijo era del Frente, al día después de su muerte. Hastiado, dicen de la violencia en la poblaciones, Manolo ingresó a las juventudes comunistas.
Eliana: "cuando habían muerto a este compañero en la Victoria, y lloraba conmigo, me decía mamá hasta cuando mamá, hasta cuando vamos a soportar esto mamá, esto no se puede seguir soportando tenemos que luchar para que esto termine si no van a haber más y más muertos. Y lloraba conmigo, me tomó de las manos me acuerdo y lloraba conmigo, con una impotencia, con una rabia muy grande, muy grande".
Hasta hoy sus padres no entienden la violencia desatada contra el joven de 20 años, que ni siquiera estaba en los antecedentes de la CNI y recibió 14 balazos.
Eliana: "se le había corrido la venda y ahí yo casi me espanté porque era un hoyo profundo porque la salida de bala era como una rosa para afuera así y su cara le habían volado la mitad de su carita".
Ricardo Silva, era el segundo hombre del Frente en Concepción, y sabía que su vida corría peligro. Su hermana recuerda que su principal preocupación era su hijo.
Patricia Silva: "Ricardo me dice, mira yo lo único que pido me dice si me van a matar me den un minuto para pensar en Cristián me dijo , así era el o sea.
¿Y usted cree que tuvo ese minuto?
"Mira cuando hubo que reconocerlo, él estaba con expresión de rabia muy, muy marcada en su rostro, con los ojos abiertos como mirando a sus asesinos, sabemos que el estaba en el suelo que le dispararon en esa posición, yo creo que si ha tenido el tiempo que el quería para pensar en él".
Pedro Donoso 582 se convirtió también en la tumba para Elizabeth Escobar Mondaca, que recibió 13 proyectiles, Ricardo Rivera Silva, que fue impactado 5 veces y Patricia Quiroz Nilo, baleada en 11 oportunidades. Ella, con su muerte, terminaba de dejar huérfano al hijo que había concebido con Patricio Acosta, asesinado durante la tarde anterior en la misma Operación Albania.
Cuál más cual menos a todos se les quebró la vida y siempre habrá un antes y un después.
16 años después, Vicky Ormeño aún no logra superar el dolor y la rabia de perder a Juan Waldemar Henríquez, muerto en Varas Mena 417. A ella y a su hijo de nada les ha servido que sea considerado un héroe.
"Dónde están los compañeros comunistas aquí que te apoyaron, que te dieron un abrazo o un palmazo en la espalda de fuerza, nunca más. Yo, por lo tanto, no milito en el partido comunista, no tengo ganas, no me interesa, voto por la izquierda, porque soy consecuente, pero no milito, porque me duele, porque me quitaron todos mis sueños y ahora lo poco que tengo soy yo , la que lo tengo fortalecido, fuerte, lo saco adelante que es mi mamá, mi familia, pero no tengo nada más, todos mis sueños con Juan se fueron, se fueron, se quedaron enterrados".
La familia de Wilson es una de las que más férreamente ha luchado para que se haga justicia, a pesar del miedo que sintieron incluso en sus funerales.
Raquel Arias: " Así que ahí estuvimos dignamente creo como hermanos al lado de él para que supiera que (se emociona) que los sueños no mueren ni aunque lo hayan dejado de esa manera y que si faltaron cosas por decir, cosas que contarnos, éramos hermanos y...y nos íbamos a saber entender..."
Santiago y Cecilia se emocionan cada vez que recuerdan que gracias a Juan y Wilson hoy pueden disfrutar a sus hijos...
Cecilia Valdés: "gracias a ellos estoy viva, está vivo mi hijo y cada vez que veo a mi hijo crecer le agradezco con todo el corazón porque me dieron la posibilidad de poder ver crecer a mi hijo y de compartir con él, de acariciarlo de tocarlo. La entrega de ellos fue una entrega más allá de lo que puede dar un ser humano. Porque ellos también eran padres y ellos entregaron su vida por nosotros y por mi hijo".
La familia de Julio Guerra conserva hasta hoy exactamente igual la pieza del hijo muerto en Villa Olímpica.
La madre de Julio: "mi hijo sigue conmigo, yo siempre cuando tengo algo le digo: ayúdame Julio. Cuando salgo cuídame la casa Julio, nunca me ha pasado nada, porque siempre me encomiendo a él. Porque para mí todos mis hijos han sido mis hijos y a todos los he querido igual".
Para los padres de Manuel Valencia, asesinado en Pedro Donoso, sólo quedan sus fotos y cassette que Manolo grabó a los 14 años para su padre.
Eliana: "...hay una parte de nosotros que murió y yo especialmente mi calidad de mujer murió, se fue con mi niño, mi calidad de madre es una cosa que me llevaron la mitad de mi ser, yo no lloro, no tengo lagrimas, puede estar pasando lo más terrible, puede estar todo el mundo llorando, en este momento yo tengo la garganta apretada aquí pero yo no puedo llorar".
"Realmente cuando mataron a mi hijo, me mataron a mí también, no me mataron físicamente pero en espíritu me mataron..."